lunes, 18 de marzo de 2013

¿El problema es un nombre?


La última reunión de la Junta Departamental de Ciencias de la Educación del año 2012 se llevó a cabo el miércoles 12 de diciembre coincide con la última Junta hasta ahora entrado el 2013. Se esperaba fuera una junta muy importante en que se cerrarían varias cuestiones de la reforma del plan de estudios, tema que le compete a la Junta hace ya varios años. Recordamos que por lo resuelto hasta el momento, el nuevo plan de estudios tendrá 17 materias obligatorias que conforman el ciclo de formación general, y 7 orientados de 9 materias cada uno, todos con 4 obligatorias y 5 optativas excepto el de Psicopedagogía (nombre a definir), que tendrá 5 obligatorias y 4 optativas. Asimismo, la carrera tendrá 3 proyectos que vendrían a reemplazar los créditos actuales: uno de acercamiento al campo, otro de investigación y otro de práctica profesional. Queda por definir también la estructura y materias del Profesorado, tarea que queda pendiente para 2013.
Nuestra propuesta para la reforma es parte del proyecto político-pedagógico que proponemos y que estamos construyendo desde que Pública y Popular se formó como agrupación (2010). Por eso buscamos que más actores de la carrera (estudiantes, graduados, profesores), y también de afuera de los muros universitarios pero actores protagonistas del pensar la educación argentina, conozcan nuestras propuestas y participen de la construcción de estos cambios.
Entendemos que el plan de estudios que se está construyendo es la formación de futuros/as estudiantes y por qué no, de futuros/as colegas. Por lo tanto, somos estudiantes disputando la formación de nuestros pares y de quienes heredamos (y sobre todo de quienes tenemos la tarea de discutir, complejizar y ampliar) el bagaje de conocimientos producidos por quienes hoy son nuestros profesores (y por qué no, maestros), para tomar la posta en todos los roles que el licenciado en educación asume en su sociedad.
Participando activamente de los espacios de discusión y revisión de los avances en la reforma, encontramos que había una materia que no responde a intereses y preocupaciones de nuestro contexto socio-económico e histórico-político, y que además se cierra en un solo enfoque posible de la temática, cercenando la libertad de cátedra que tanto propugnamos todos. La materia por ahora fue propuesta como Educación Permanente. Si bien este concepto abarca evidentemente un amplio espectro de abordajes, es en sí mismo un paradigma, con lo cual no permite abordar sus posibles contenidos (niveles y modalidades educativos, espacios con diferente tipo de institucionalización, sujetos diversos, el rol potencial de la escuela como espacio inclusivo de todos y todas para que sea ahí donde se impulse la inversión de la jerarquía cultural; etc.) desde otras perspectivas, como podrían ser diversos enfoques de la Educación Popular, o las relaciones de la materialización real de dichos contenidos con el Estado, el mercado y la sociedad, entre muchas otras. 
Por otro lado, encontramos dos ausencias que consideramos graves en la ultima versión del nuevo plan: 
1) En el Ciclo de Formación General casi no hay referencia a los sujetos y prácticas educativas concretos, reales; a lo largo de sus 17 materias no encontramos (o al menos no está evidenciada) la existencia de múltiples experiencias y alternativas pedagógicas en el país y en la región. Estamos convencidos de que entrado el siglo XXI ya es anacrónico pensar la teoría separada de la realidad, de las experiencias concretas de la praxis, de las demandas de los sujetos concretos. Si vamos a cambiar el plan de estudios, deberíamos aprovechar la oportunidad para darle un giro profundo, y este es un aspecto fundamental de ese cambio. Porque de la experiencia también se construyen teorías, y de las experiencias latinoamericanas se construye una identidad, una identidad de conocimiento.
2) Todos los Orientados del Ciclo de Formación Orientada tienen un pie en el Ciclo de Formación General. Esto es a la vista fundamental para que cuando lleguemos al orientado no empecemos de cero, y para que todos los orientados estén presentados en la primera parte de la carrera. Sin embargo, el Orientado de Formación (está en discusión el nombre pero está vinculado a la formación docente y la formación para el trabajo) no tiene ese pie. Creemos que esto debe revisarse, considerando que es un orientado íntimamente relacionado con el contexto socio-productivo del país y con la participación de los licenciados en Educación en ese contexto, y teniendo en cuenta la íntima relación de la formación de todos y en todos los ámbitos, con el desarrollo económico productivo de un país.
Creemos que el espacio en discusión de la materia hasta ahora denominada Educación Permanente puede tomar la labor de resolver ambas ausencias.
En conclusión, compañeros y compañeras, estas no son vueltas sobre una materia, menos que menos sobre el nombre de aquella, son discusiones políticas sobre un plan de estudios. Nos estamos dando la tarea de instalar una discusión que continuará este año 2013. Queremos principalmente que asumamos de una vez que TODA PEDAGOGÍA ES POLÍTICA, que TODA CIENCIA ES POLÍTICA, y que una reforma de plan de estudios no puede quedarse en un cambio de correlatividades y distribución de materias (en función de conservar el status quo de los feudos catedráticos) sino que tiene que apuntar a la DESCOLONIZACIÓN PEDAGÓGICA de la formación universitaria, para abrir el camino hacia un pensamiento nacional, popular y latinoamericano, con anteojeras propias y construidas desde nuestra identidad como pueblo, y en relación directa con la realidad de la que la Universidad debe asumirse como parte.
En este comunicado se expresa la misma posición con la que fuimos como Minoría Estudiantil a la última Junta del año pasado, y cómo nos fuimos de ella. Hoy seguimos sosteniendo la misma posición ya que no ligamos toda la discusión únicamente al nombre de una materia, ni a sus contenidos mínimos; menos que menos a una cátedra. por el contrario, nuestra posición implica que los estudiantes, todos/as nosotros/as, estemos al tanto de los debates que se están dando y de los debates que proponemos. Nosotros/as en la última Junta propusimos un nombre y unos contenidos mínimos totalmente dispuestos a ponerse en cuestión y a ser discutidos tanto dentro de la junta como en cualquier espacio participativo de estudiantes.

Entonces ¿vamos a reducir esta cuestión a lo que pasa en la Junta puertas adentro, a posibles pujas catedráticas que son superadas por el debate político-pedagógico que estamos trayendo como estudiantes, a un nombre mal mencionado?

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