El miércoles 24/4 se llevó a cabo
la tercera reunión de Junta Departamental de nuestra carrera. El Orden del Día
era:
1. Definición del Ciclo de
Formación General: contenidos mínimos y denominación de asignaturas
2. Definición de las materias
obligatorias de los orientados
3. Definición de la estructura de
materias y seminarios electivos de los orientados
Como todos y todas sabemos hace
muchos años que en la Carrera de Cs. de la Educación estamos discutiendo la reforma
del plan de estudios. En la última Junta del 2012 se intentó tratar la
definición del Ciclo de Formación General, es decir aprobar contenidos mínimos
y denominación del conjunto de asignaturas que lo integran. Allí se pusó sobre
la mesa varios debates pendientes: incorporar a Educación Especial en el mismo,
y revisar los contenidos mínimos y el nombre de una materia hasta entonces
propuesta como Educación Permanente.
Desde Pública y Popular hace
varios años que venimos acompañando este proceso, aunque no fuimos parte desde
el comienzo. En este sentido fuimos aportando a los distintos debates con
propuestas. El año pasado construimos una propuesta concreta sobre la materia
Educación Permanente. Nos manifestamos a favor del cambio de denominación dado
que consideramos que ninguna materia del Ciclo de Formación General debe
llamarse como un paradigma. Qué significa esto? Qué está establecido que una
materia debe poder abordar diferentes concepciones, posiciones y visiones sobre
un campo y no puede explicitar en su nombre o contenidos mínimos la toma de
posición por una única perspectiva. La Educación Permanente, es en realidad,
UNA de las formas y de los paradigmas que se construyeron para abordar los
procesos y las problemáticas de la educación, como la propia cátedra interesada
difundió recientemente:
"A lo largo del devenir del paradigma de la Educación Permanente se
han ido perfilando ciertos principios y supuestos epistemológicos, filosóficos
y metodológicos, que consideramos importantes para el desarrollo de esta
asignatura, referidos al reconocimiento de la capacidad de un ser humano para
un aprendizaje permanente; a la posibilidad de que toda área de la vida
cotidiana se torne un espacio educativo; a la educación percibida como una necesidad
y un derecho durante toda la vida; a la democratización del conocimiento y a
la participación social en educación; a la articulación de la escuela con
otros múltiples espacios educativos de diferente grado de formalización. Esto
último remite al concepto de red o trama de la escuela y de los recursos
educativos existentes más allá de la escuela como una de las nociones claves,
que trasciende el reconocimiento de la existencia de estos otras instancias
educativas, hacia el desafío de la creación concreta de propuestas educativas
alternativas, integrales e integradas, por ejemplo, en espacios
comunitarios urbanos y rurales de diferente extensión y complejidad (sea un
barrio, una región)."
Es imprescindible recordar que todas las materias
deben posibilitar en su denominación y sus contenidos mínimos la formulación
de, al menos, dos programas diferentes para cada asignatura. Si instalamos un
solo paradigma, aunque claramente éste sea discutido desde diferentes teorías,
la posibilidad de presentar posturas por fuera de los límites que plantea el
concepto de Educación Permanete resulta imposible.
Por todo esto, desde Pública y
Popular estamos preocupados/as por poder formular una propuesta superadora; es
decir, un nombre y contenidos mínimos que amplien las fronteras pero que
incluyan a la Educación Permanente como uno de los paradigmas desde los cuales
podemos mirar la educación. Creemos que esta materia debe incluir básicamente
la relación entre los sujetos pedagógicos (desde la primera infancia hasta la
tercera edad), las diferentes propuestas educativas (en las escuela, fuera de
la escuela, formación para el trabajo, formación continua, recreación, etc)
poniendo en debate distintos paradigmas Educación Popular, Educación Forman y
No Formal, la relación Educación y Trabajo, Educación de Adultos, etc.
En diciembre pasado por eso
presentamos una propuesta concreta (que parece que algunos pretenden ignorar u
olvidar): FORMACIÓN, PARTICIPACIÓN
SOCIAL Y SUJETOS PEDAGÓGICOS EN AMÉRICA LATINA.
Se abordarán en esta materia diversas
experiencias de educación latinoamericanas, dentro y fuera de la escuela como
institución educativa formal, y en todos los niveles y modalidades, en función
de analizar las alternativas pedagógicas desarrolladas y de develar la relación
entre la educación y formación en la región, hacia la desconolización del
conocimiento, en sus dimensiones socio-política y económica-productiva.
Presenta asimismo diversas definiciones de educación popular como expresiones
de las relaciones de poder en cada momento y lugar entre el Estado, el mercado
y los sujetos, tomando éste último como concepto marco para el análisis de
dichas alternativas pedagógicas, considerando como ejes posibles para su
análisis las distintas miradas sobre el conocimiento científico, la integración
comunitaria, la participación social, la formación para el trabajo, la
educación permanente y el empleo del tiempo libre.
Pero la elaboración de un plan de
estudios, como toda instancia político-pedagógica, requiere generar consensos,
ceder y construir entre todos los claustros y actores. Nos volvimos a sentar en
un nuevo debate sobre el tema sabiendo que debíamos construir consensos.
Haciendo honores al carácter
público de la reunión, varios estudiantes, graduados y profesores de la
carrera, e incluso otras personas de la facultad, estuvieron presentes en la
última Junta. Seguramente se acercaron a participar de los cierres de algunos
debates, y a ser partícipes de la votación de los puntos del Orden del Día, que
fueron los establecidos para llegar a tener, después de muchísimo trabajo, un nuevo
Plan de Estudios para Ciencias de la Educación.
Sin embargo, Ia mayoría
estudiantil acompañados por la cátedra que los apadrina,
llegaron para plantear lo mismo que en la última Junta de 2012: la defensa a
ultranza de un paradigma (Educación Permanente). Como ya explicamos, una
materia del Ciclo de Formación General no puede circunscribirse a un sólo
paradigma (por eso Sociología de la Educación no se llama “Sociología Crítica
de la Educación, por ejemplo); eso cercena las posibilidades de los estudiantes
de conocer el espectro amplio y complejo de los desarrollos teóricos y las
experiencias de la praxis. Imponer un pensamiento como único y verdadero se
remite demasiado al positivismo totalizante del que estamos convencidos/as que
la Universidad tiene que correrse de una vez.
De esta manera, la reunión se
volvió una discusión sobre qué se debía discutir. Mientras estos actores
defendían su propio paradigma, desde Pública y Popular defendíamos que el
nombre y los contenidos de este espacio curricular en discusión debían abarcar
la mayor cantidad posible de miradas sobre la educación en todos los contextos
y de todos los sujetos.
Finalmente la discusión volvió a
girar sobre si misma, y no se avanzó con la definición concreta, es decir no se
votó ni el cambio de nombre ni la aprobación de contenidos mínimos. Dejando
pendiente, una vez más, el resto de la orden del día y dejando en stand-by la reforma
del plan de estudios.
Parecería ser que la intención es
generar n conflicto constante y obturar la posibilidad de construir un
nuevo plan de estudios acorde a los tiempos que vivimos, en función de la
responsabilidad social de la Universidad Pública con su contexto social,
político y productivo,y de mejorarlo, sobre todo en términos de inclusión
social. Si seguimos así, prefiriendo los insultos y el griterío, en lugar
del debate y la discusión constructiva que por fin contituyan el nuevo plan de
estudios, cuando este se finalice, si alguna vez se logra, corremos el riesgo
de que una vez más caduqe, y quede lejos de los debates que hoy consideramos
pertinentes. El esfuerzo de estudiantes, graduados, profesores y todos los
actores que venimos participando, hace más de 5 años, del proceso de reforma,
no habría servido para nada.
Por supuesto que a partir de la
situación tensa generada por un sector minoritario en la Junta Departamental, el
resto de los temas pendientes (contenidos mínimos, denominaciones y materias
del Ciclo de Formación Orientado) volvieron a quedar en el tintero. ¿Tenemos
que pensar que para algunos sectores de la facultad hay conocimientos más
válidos que otros? No sería raro si lo mismo piensan de los diversos
paradigmas…
La Comisión Redactora de la Junta,
encargada de redactar el proyecto de Plan y de identificar incoherencias, al
encontrar hace tiempo la inconsistencia que implicaba llamar a una materia del
Ciclo de Formación General con el nombre de un paradigma, propuso que se
llamara EDUCACIÓN Y PARTICIPACIÓN SOCIAL. Esta no es la propuesta que
construimos desde PyP, y quizás idealmente no se adecua a todo lo que creemos que esta materia debe abarcar, como ya detallamos. Pero sabemos de la importancia de
construir consensos entre todos los actores involucrados en esta reforma, y de
lo fundamental que resulta a esta altura poder seguir avanzando con todo lo que
falta. Creemos que esta denominación puede sonar muy amplia... Justamente por
esto es que la consideramos que puede ser viable, en función de integrar diversos enfoques sobre las miradas integrales de la educación. Los contenidos
mínimos propuestos por la Comisión también reflejan el espíritu abierto,
crítico y plural que debe tener este espacio, en función de incluir no
solamente los debates presentes sino sobre todo, los futuros.
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